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De las aulas en ruinas al exterminio del intelecto: la guerra planificada contra la educación en Palestina

El ataque a la educación en palestina no puede interpretarse como un daño colateral de la ocupación, ni como un accidente de guerra. Se trata de una estrategia sistemática y prolongada de la ocupación israelí para destruir uno de los pilares más sólidos de la sociedad palestina: el pensamiento crítico, el acceso al conocimiento y la formación de nuevas generaciones.

Hoy en Gaza hablamos de un genocidio educativo (Educide); en Cisjordania, de una asfixia silenciosa y cotidiana. En ambos casos, el objetivo es el mismo: anular la capacidad de un pueblo para imaginar su futuro y resistir.

 

Gaza: asedio letal y aniquilación del futuro educativo

Desde octubre de 2023, Gaza está sufriendo un genocidio sistemático en el que el asedio y los bombardeos han destruido casi por completo su sistema educativo, así como los hogares de miles de familias, su seguridad alimentaria y la vida de miles de personas. El bloqueo impide la entrada de alimentos y medicinas, lo que ha desatado una hambruna que obliga a niños y adultos a buscar qué comer. En este entorno de terror, el derecho a la educación ha quedado sepultado bajo toneladas de escombros. Las cifras de Naciones Unidas y organismos internacionales muestran un panorama devastador:

 

  • Más de 625.000 estudiantes y 23.000 docentes han visto interrumpidas todas sus actividades educativas.

  • El 90 % de las escuelas de Gaza están dañadas o destruidas; la UNRWA ha informado que el 70 % de sus centros han sido bombardeados, incluso mientras servían como refugios.

  • Más de 800 docentes y miles de estudiantes asesinados, borrando no solo vidas, sino también conocimiento acumulado.

  • Todas las universidades palestinas en Gaza han quedado destruidas o gravemente dañadas. Se contabilizan más de 173 académicos e investigadores asesinados.

 

No se trata de daños colaterales, sino de un exterminio planificado del intelecto, orientado a crear una generación sin aulas, sin maestros y sin espacios de aprendizaje.



Una guerra que comenzó mucho antes de 2023

Lo ocurrido desde octubre de 2023 es la fase más brutal, pero la guerra contra la educación palestina lleva décadas en marcha. Informes de la Coalición Global para la Protección de la Educación contra los Ataques (GCPEA) documentan violaciones sistemáticas en los últimos años, especialmente en Cisjordania:

 

  • Incursiones militares en escuelas y universidades, sembrando miedo entre estudiantes y docentes.

  • Confiscación de terrenos escolares y órdenes de demolición, sobre todo en la zona C de Cisjordania.

  • Detenciones sistemáticas de estudiantes, incluidos menores de edad y universitarios, tanto antes como después de 2023.

  • Barreras militares y violencia de colonos que impiden el acceso seguro a las aulas; informes de la ONU registran decenas de ataques con gases lacrimógenos y balas en los alrededores de escuelas.

  • Niños y adolescentes en cárceles israelíes, muchos de ellos arrestados camino a la escuela.

 

Esta realidad demuestra que la embestida contra la educación no comenzó en Gaza en 2023, sino que es una política estructural de la ocupación israelí.



El arma financiera: asfixiar la educación en Cisjordania

La ofensiva también adopta la forma de bloqueo económico. Israel retiene los fondos fiscales palestinos, privando a la Autoridad Palestina de pagar con regularidad los salarios de los docentes. El resultado:

 

  • Profesores sin ingresos durante meses.

  • Huelgas forzadas.

  • Interrupción del año escolar.

 

En Gaza se bombardean universidades; en Cisjordania, se estrangula financieramente a los docentes. Distintas armas, mismo objetivo: paralizar el derecho a la educación.

 

La complicidad académica de Israel

El papel de las universidades israelíes no es neutral:

 

  • Desarrollan tecnologías militares y de vigilancia empleadas directamente contra la población palestina.

  • Ofrecen legitimidad jurídica e histórica a las políticas de ocupación y despojo.

  • Normalizan las violaciones de derechos humanos, integrándose en el sistema que sostiene la ocupación.

 

Por ello, el boicot académico y cultural a Israel es una herramienta legítima de presión y resistencia frente al exterminio del conocimiento.

 


Conclusión

La educación palestina está bajo ataque en todas sus formas: bombas, cárceles, bloqueos, confiscaciones, muros y balas. El objetivo es claro: destruir el tejido intelectual de un pueblo y arrebatarle la posibilidad de construir un futuro libre.

Defender la educación en Palestina es defender la humanidad, el pensamiento crítico y el derecho universal al conocimiento.

 

Fuentes y documentos clave

Quienes deseen profundizar pueden consultar los siguientes informes:

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